Tener dinero no
necesariamente es ser bendecido
Hoy
quiero atreverme a escribir sobre un tema que en los últimos años ha tomado mas
importancia, y es que hay mucha gente que relaciona el tener dinero con ser
bendecido, pero yo me pregunto ¿Tener dinero será realmente ser bendecido?, con
toda humildad quiero escribir mi
punto de vista respecto al tema.
¿Dios quiere que deje de ser pobre para que sea rico?
A
través de los años he leído cartas de personas que me describen su actual
estado económico, en donde quizá no les va nada bien, en donde tienen muchas
deudas y en donde su suelto apenas alcanza para pagar los recibos pendientes.
La
mayoría de personas que pasa por meses o años en ese estado catastrófico
hablándolo en sentido económico, tienden a frustrarse, a entristecer, a
amargarse, a comenzar a ver todo desde un punto de vista equivocado.
Hemos
escuchado de un sinfín de predicadores que Dios te quiere prosperar, que Dios
no quiere que seas pobre, que Dios te va a multiplicar si haces esto u esto
otro y todo ello nos ha llevado creer que es cierto, que si somos hijos de Dios
no tenemos que ser pobres, que si somos hijos de Dios Él tiene, porque tiene
que bendecirnos.
Pero
yo me pregunto, ¿Quién se invento eso?, tu puedes ser pobre, de clase media,
rico o millonario y eso no tiene nada que ver en ser o no bendecido o en ser o
no hijo de Dios. La plata no tiene influencia en tu identidad delante de Dios.
Cuando
un maestro de la ley le dijo a Jesús que lo seguiría hacia donde fuera, el
Señor le contesto: “Jesús le respondió:
—Los zorros tienen cuevas donde vivir y los pájaros tienen nidos, pero el Hijo
del Hombre no tiene ni siquiera un lugar donde recostar la cabeza.” Mateo 8:20
(Nueva Traducción Viviente).
Si
examinamos la vida de Jesús detenidamente nos daremos cuenta que Él no vino a
implantarnos un modelo de vida basado en lujos o en dinero. Él no vino a
enseñarnos que de la manera que seamos prosperados económicamente, de esa forma
estaremos más cerca de Dios o seremos mas bendecidos. La bendición de Dios no
se mide en dinero ni bienes, sino basado en todo lo contrario.
Cuando
Jesús vino a esta tierra su mensaje era directo y basado en términos
espirituales y no terrenales, Él dijo: “»No vivan pensando en qué van a comer, qué
van a beber o qué ropa se van a poner. La vida no consiste solamente en comer,
ni Dios creó el cuerpo sólo para que lo vistan. »Miren los pajaritos que vuelan
por el aire. Ellos no siembran ni cosechan, ni guardan semillas en graneros.
Sin embargo, Dios, el Padre que está en el cielo, les da todo lo que necesitan.
¡Y ustedes son más importantes que ellos! »¿Creen ustedes que por preocuparse
vivirán un día más? Aprendan de las flores que están en el campo. Ellas no
trabajan para hacerse sus vestidos. Sin embargo, les aseguro que ni el rey
Salomón se vistió tan bien como ellas, aunque tuvo muchas riquezas. »Si Dios
hace tan hermosas a las flores, que viven tan poco tiempo, ¿acaso no hará más
por ustedes? ¡Veo que todavía no han aprendido a confiar en Dios! »Ya no se
preocupen por lo que van a comer, o lo que van a beber, o por la ropa que se
van a poner. Sólo los que no conocen a Dios se preocupan por eso. Ustedes
tienen como padre a Dios que está en el cielo, y él sabe lo que ustedes
necesitan. »Lo más importante es que reconozcan a Dios como único rey, y que
hagan lo que él les pide. Dios les dará a su tiempo todo lo que necesiten. Así
que no se preocupen por lo que pasará mañana. Ya tendrán tiempo para eso.
Recuerden que ya tenemos bastante con los problemas de cada día.” Mateo 6:25-34
(Traducción en lenguaje actual).
Una
de las razones por las que algunos de sus discípulos se desanimaron es porque
Él no venia a fundar un reino terrenal ni material, Él venia a implantar un
reino espiritual basado no en los bienes o cosas materiales que de por si son
vanas, sino en lo espiritual, en lo que perdura por toda una eternidad.
Jesús
vino a este mundo siendo pobre, naciendo en un establo, sus padres no eran
ricos, creció siendo pobre, vivió siendo pobre y murió siendo pobre. Entonces
si el Hijo de Dios, no tuvo “grandes privilegios” hablando en sentido material
y económico, ¿Por qué nos afanamos en creer que si no tengo dinero entonces no
estoy bendecido?
Conozco
gente muy pero muy pobre, que es mas feliz que la gente rica que conozco.
¡Ojo!
No estoy diciendo que tener dinero no es ser bendecido tampoco, hablo sobre el
afán que nos da por tener más de lo que tenemos, hablo de la inconformidad que
existe en muchos corazones por su estado económico, hablo de esa infelicidad
que existe por no ver lo material y económico crecer en nuestra vida.
La
Biblia habla sobre los ricos y los pobres y dice: “El rico y el pobre se encuentran; A ambos los hizo Jehová.” Proverbios
22:2 (Reina-Valera 1960). Esto es lo bello del Señor, que delante de Él no
hay distinción alguna, que somos iguales delante de Él a pesar de nuestras
diferencias económicas o materiales.
Yo
me considero pobre, y no busco ser “prospero” con el objetivo de ser bendecido,
si el Señor quiere prosperarme en cualquier área de mi vida Él lo hará, mi
trabajo no es estar afanado esperando ese momento, mi trabajo es vivir una vida
que a Él le agrade, servirle, usar los talentos que Él deposito en mi vida y si
como consecuencia de todo eso Él decide prosperarme en algún sentido, pues
¡Gloria a Él! Y si no pasa, pues aun más ¡Gloria a Él!
Para
poder comprender lo que en esta hora estoy escribiendo, necesitamos cambiar
nuestra mentalidad referente a esto. Es decir debemos quitarnos de la cabeza
que para ser bendecidos tenemos que tener mucho, solo tomemos como ejemplo lo
que dice el siguiente proverbio: “Hay
quienes pretenden ser ricos, y no tienen nada; Y hay quienes pretenden ser
pobres, y tienen muchas riquezas.” Proverbios 13:7 (Reina-Valera 1960). Lo
que describe este proverbios es lo que quiero dar a entender, pues ¿De que
sirve ser rico y no tener nada?, entonces prefiero ser pobre y tener mucho.
Haber,
antes que me tiren piedras los defensores de la prosperidad y me digan a través
de pasajes bíblicos rebuscados que “Dios quiere que seamos prosperados
económicamente”, muéstrenme un pasaje en donde Jesús nos dio ejemplo de
la prosperidad económica, en donde Él predico que Dios no quiere que seas pobre.
Mientras
escribo esto, recuerdo también el pasaje en donde a Jesús lo acusan de no pagar
impuestos que eran equivalentes a dos dracmas (Mateo 17:24-27), entonces el Maestro le da instrucciones a Pedro
de ir al mar, echar el anzuelo y que al sacar el primer pez le abra la boca y
que al encontrar un estatero (Moneda equivalente a cuatro dracmas) vaya y page
los impuestos de él y los suyos. ¿Qué hizo Jesús allí?, le dio a Pedro LO NECESARIO, ¿Dejo de ser bendecido
Pedro?, No, al contrario era bendecido, es bendecido y seguiría siendo
bendecido.
Al
leer la historia de los discípulos después de la muerte de Jesús, ellos tampoco
tenían una vida económicamente “próspera” y eso no los hacia ser menos delante
de Dios. Por ejemplo cuando Pedro y Juan iban entrando al templo, a las puertas
del templo ponían a pedir limosnas a un cojo de nacimiento, cuando este cojo
vio a Pedro y a Juan les pidió limosna, entonces Pedro le dijo: “Mas Pedro dijo: No tengo plata ni oro,
pero lo que tengo te doy; en el nombre de Jesucristo de Nazaret, levántate y
anda.” Hechos 3:6 (Reina Valera 1960). ¡El Apóstol no tenia dinero!, Es que
debemos comprender que lo espiritual difiere en gran manera de lo material, la
bendición de Dios no estará en mi vida por los bienes que tenga, sino por su
presencia en mi vida.
El
Apóstol Pablo fue otro hombre de Dios que no tenia grandes cantidades de
dinero, ni bienes. Él dijo lo mismo que yo pienso respecto a este tema y lo que
he tratado de exponer: “No lo digo
porque esté necesitado, pues he aprendido a estar satisfecho con lo que
tengo. Sé bien lo que es vivir en la pobreza, y también lo que es tener de
todo. He aprendido a vivir en toda clase de circunstancias, ya sea que tenga
mucho para comer, o que pase hambre; ya sea que tenga de todo o que no tenga
nada. Cristo me da fuerzas para enfrentarme a toda clase de situaciones.”
Filipenses 4:11-13 (Traducción en lenguaje actual).
Queridos
hermanos y hermanas en la fe, mi intención principal es exponer que para ser
bendecidos no se necesita estarlo económicamente ni materialmente. Podemos ser
bendecidos espiritualmente y ser felices, cada uno de nosotros tenemos que
tener contentamiento con el estado que estamos viviendo, no hablo de
conformidad, sino mas bien de aceptar de buena forma la situación que estamos
atravesando, sin olvidar que Dios tiene cuidado de nosotros y que pronto nos
dará respuesta.
Para
las personas que sufren preguntándose porque Dios no las bendice económicamente
para salir de sus deudas, quiero invitarles a aprender a confiar en Dios sin
reclamos, sin reproches, a que vivan cada día confiando en que pronto Dios
responderá y que si por alguna razón no lo hace, entonces de igual forma
¡Glorificaran su Nombre!
Tú
fe en Dios no tiene que estar basada en la cantidad de bienes o dinero que
tengas, sino mas bien en tu certeza que Él tiene cuidado de ti y en la
convicción de que pronto veras una respuesta.
No
le des a Dios esperando que Él te devuelva mucho más, al contrario dale a Dios
de lo que Él ya te dio y con un corazón agradecido por lo poco o mucho que te
ha dado.
Si
aprendemos a vivir con contentamiento de nuestro estado, entonces aprenderemos
a disfrutar de la vida espiritual plena que Dios quiere que vivamos. La vida no
solo se basa en bienes y dinero, en prosperidad económica, sino en lo felices
que seamos en su presencia y viviendo cada día a su lado.
Quizá
a muchos les gusta escuchar que serán prosperados, que Dios les multiplicara
sus bienes o su dinero, que después de dar diez Dios les dará cien, pero yo
quiero decirles que si Dios no los prospera económicamente, no les multiplica
sus bienes o dinero o no les da los cien que esperan al dar los diez, aun y con
todo esto, NO DEJARAN DE SER BENDECIDOS, porque su bendición no esta basada en
una respuesta ni en un estado financiero, sino mas bien en la PRESENCIA DE DIOS EN SUS VIDAS.
El
siguiente pasaje bíblico es lo que cada uno de nosotros deberíamos pensar y
creer, pero sobre todo poner en practica:
“Aunque la higuera no florezca,
Ni en las vides haya frutos,
Aunque falte el producto del olivo,
Y los labrados no den mantenimiento,
Y las ovejas sean quitadas de la majada,
Y no haya vacas en los corrales;
Con todo, yo me alegraré en Jehová,
Y me gozaré en el Dios de mi salvación.
Jehová el Señor es mi fortaleza,
El cual hace mis pies como de ciervas,
Y en mis alturas me hace andar.”
Habacuc 3:17-19 (Reina-Valera 1960)
¿Sabes?
Dios conoce tu estado financiero, Él conoce cada necesidad que hay en tu vida,
a Él no se le ha escapado nada. No reniegues de tu actual estado porque algo
vas a aprender en medio de toda esta crisis. No te sientas solo porque Dios no
te ha dejado ni un momento, no creas que no eres importante para Él porque el
tener o no tener no determina tu identidad de hijo de Dios.
Aprende
a gozarte en Dios independientemente de tu estado financiero y material y
entonces comenzaras a ver con los ojos de la fe y Dios comenzara a bendecirte
de una forma maravillosa.
Recuerda
que eres peregrino en esta tierra, que tu morada no es terrenal, que tu
ciudadanía es celestial y que acá estamos de paso, que lo que tengas o no
tengas acá en la tierra no influirá en nada en tu morada celestial y eterna que
Dios tiene preparada para ti, por esa razón vivamos agradecidos con Dios por el
regalo de cada día que nos da al prestarnos vida.
Quizá
tener dinero es necesario, pero nunca determinara nuestro futuro eterno, por lo
tanto confiemos en el Dios de la Plata y el Oro, porque si en Él confiamos,
tenemos la seguridad de estar bien independientemente del estado material o
financiero que estemos padeciendo.
¡Tu identidad es
determinada por la presencia de Dios en tu vida!
Autor: Enrique
Monterroza
Escrito el 20 de
Agosto de 2012
Escrito especialmente
para www.destellodesugloria.org
Autorizado para
publicarse en: www.devocionaldiario.com
- www.enriquemonterroza.com y http://reflexionesydevocionales.blogspot.com