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En la Sala de Espera Imprimir Correo electrónico
Escrito por Super User   Creado en Sábado, 08 Septiembre 2012 12:53

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En la Sala de Espera


¡Ay! Como duele esperar y también cuesta. Creo que la mayoría de nosotros no tenemos la hermosa cualidad de esperar pacientemente, por lo general nos desesperamos al no ver una respuesta rápida, nos frustramos y hasta nos enojamos.


Pero ¿Qué pasa cuando a Dios se le ocurre la idea de mantenernos en la Sala de Espera?


Estar en la Sala de Espera de Dios es difícil en el sentido que a ninguno de nosotros nos gusta esperar tanto por algo que queremos recibir.


A través de la Biblia noto personajes que Dios mismo los puso en la Sala de Espera antes de cumplir su plan perfecto en sus vidas.


Abraham llamado amigo de Dios espero 25 años para que la promesa de un hijo con su esposa Sara se cumpliera. ¿Te imaginas esperar 25 años por una promesa que salió de la propia boca de Dios?, pues si, Dios mismo se lo prometido y no tardo, simplemente cumplió su promesa en el tiempo que Él ya tenia destinado.



Moisés, conocido ahora como el hombre más manso que ha existido, fue puesto por Dios en la Sala de Espera 40 años en el desierto pastoreando ovejas antes de utilizarlo como libertador de su pueblo.


David, el hombre conforme al corazón de Dios, fue ungido como próximo rey de Israel, elegido especialmente por Dios para ese puesto, sin embargo pasaron muchos años para que David viera cumplida esa promesa, Dios lo puso en la Sala de Espera, mientras tanto David se forjo como ese hombre, guerrero y salmista de Dios, sufrió persecuciones, desprecios y muchos momentos de desiertos y anonimatos, pero a pesar de todo ello, Dios cumplió su promesa.


Estos tres hombre tienen algo en común, los tres estuvieron en la Sala de Espera de Dios, pero al cumplirse los propósitos de Dios en sus vidas llegaron a ser hombres usados por Dios de una manera maravillosa a tal punto que son parte de la historia universal.


Lo que quiero decir con esto es que cuando Dios te pone en la Sala de Espera no es para fastidiarte, no es para desesperarte, ni para arruinarte la vida, cuando Dios decide ponerte en la Sala de Espera es porque antes de cumplir su promesa en tu vida quiere forjar tu carácter y tu fe, quiere que comprendas que dependes de Él, quiere que comprendas que por muy buenas capacidades que tengas, todo es en vano si no esta Él detrás de todo.


Quizá mientras estamos en la Sala de Espera seremos enviados al desierto, en donde nos enfrentaremos con la soledad y el calor asfixiante de ese lugar, sin embargo allí en el desierto tendremos encuentros maravillosos con Dios, en donde nos hablará al corazón. (“Pero he aquí que yo la atraeré y la llevaré al desierto, y hablaré a su corazón.” Oseas 2:14 Reina Valera 1960)


Quizá mientras estemos en la Sala de Espera de Dios pasaremos momentos de anonimato, en donde nadie se fijara en nosotros, en donde seremos despreciados, en donde nadie creerá en lo que somos capaces de hacer y en donde pareciera que las puertas se cierran una tras otra, pero a pesar de ello Dios cumplirá su propósito en nosotros, no por lo que veamos, sino por lo que Él ya prometido. (“Jehová cumplirá su propósito en mí; Tu misericordia, oh Jehová, es para siempre; No desampares la obra de tus manos.” Salmos 138:8 Reina-Valera 1960)


Pueda que hoy en día te sientas que estas en la Sala de Espera de Dios, en donde estas a punto de desesperarte, a punto de tomar decisiones precipitadas, pero hoy quiero decirte una sola cosa:


No importando el tiempo que pases en la Sala de Espera, no te desesperes, no tires por la borda lo que tanto sacrificio te ha costado, mantente firme, no te desanimes por lo que ves, que lo que pase a tu alrededor no te haga creer que Dios no responderá o que no cumplirá, porque la respuesta de Dios no esta sujeta a las circunstancias que te rodean o que se te presenten, sino a la PROMESA QUE ÉL UN DÍA TE DIO.


Quizá estés en la Sala de Espera, pero eso significa que tienes una respuesta asegurada, porque jamás esperarás en Dios sin recibir una respuesta, aunque ésta llegue en el tiempo que llegue, Dios responderá, Él cumplirá, porque no es hombre para mentir, ni hijo de hombre para arrepentirse.


¡Dios responderá, no te canses de esperar!


Autor: Enrique Monterroza


Escrito el 22 de Agosto de 2012



 
¡Esfuérzate por amor a Dios! Imprimir Correo electrónico
Escrito por Super User   Creado en Sábado, 08 Septiembre 2012 12:53


¡Esfuérzate por amor a Dios!


El amor de Dios para con nosotros es indiscutible, no podemos poner en tela de juicio el gran amor con el que nos ha amado, tan grande es su amor que no le importo morir por ti y por mi, ¿Lo merecíamos?, No, pero Él considero que si lo merecíamos.


Al leer la Palabras de Amor que Dios dijo a su pueblo, me conmueve en gran manera, porque no hay diferencia entre su pueblo antiguo y nosotros, pareciera que el tiempo no ha pasado porque padecemos de los mismos errores, a pesar que tenemos el conocimiento para no cometerlos.


En el Libro de Oseas podemos leer algunos versos que de leerlos con conciencia y con disposición de nuestro corazón pueden hablarnos directamente, Dios le dice a su pueblo:


“Dios le dijo a su pueblo: «Israel, cuando eras un país joven, yo te demostré mi amor por ti. Yo te saqué de Egipto porque eres un hijo para mí. Pero mientras más te llamaba, más te alejabas de mí, y les presentabas ofrendas a tus ídolos y dioses falsos.” Oseas 11:1-2 (Traducción en lenguaje actual)


Leer estas palabras nos deberían llevar a pensar lo que Dios ha hecho por nosotros, sacándonos del Egipto en donde vivíamos, ¿Sabes por qué lo hizo?, porque somos como un hijo para Él, pero lastimosamente mientras más nos llama el Señor, más nos alejamos. ¿Qué es lo que Dios te ha estado hablando los últimos días?, ¿Qué actitud estas tomando?, ¿Estas acercándote a Él o te estas alejando?



En los siguientes versos del Libro de Oseas se puede leer:


“»Israel, por el gran amor que te tengo te llevé de la mano como a un niño, te enseñé a caminar, te di de comer y te ayudé en tus problemas; pero no te diste cuenta de todos estos cuidados.” Oseas 11:3-4 (Traducción en lenguaje actual)


¿Se identifican con estos versos?, ¿Se dan cuenta de cuantos años han pasado desde que el Señor le dijo esto a su pueblo y aun nos identificamos con sus palabras?


Me duele en el corazón saber como le pagamos a Dios, pensar que por su gran amor me llevo de la mano, me enseño a caminar, me dio de comer, me ha ayudado en todos mis problemas, pero aun y con todo eso, no me doy cuenta de los cuidados que Él ha tenido hacia mi.


Vivimos quejándonos por no tener lo que no necesitamos o por no ver lo que no necesitamos ver para vivir. Vivimos una vida como que si Dios tendría que cumplir cada uno de nuestros caprichos sin darnos cuenta TODO LO QUE ÉL YA HA HECHO EN NUESTRA VIDA.


¿Cómo estamos retribuyendo los cuidados que Dios ha tenido para con nosotros?, ¿Viviendo una vida a nuestra conveniencia?, ¿Yendo tras el pecado sin hacer la mínima resistencia?, ¿Olvidándonos de Él y de servirle por hacer otras actividades que no son necesarias?


Pero sabes lo que más me conmueve de todo, es que a pesar de nuestras malas actitudes hacia Dios, Él nos sigue amando y no puede abandonarnos, en los siguientes versos lo podemos leer:


“»Israelitas, ¡yo no puedo abandonarlos! ¡No sería capaz de hacerlo! ¡No podría destruirlos, como destruí a la gente malvada de Admá y Seboím! ¡Mi gran amor por ustedes no me lo permite!” Oseas 11:8 (Traducción en lenguaje actual)


Leer estos versos nos tendría que llevar a darnos cuenta de la magnitud del amor de Dios y debería llevarnos a una profunda reflexión acerca del andar de nuestra vida.


Quizá no seamos lo mejores cristianos ni los mas perfectos, quizá tengamos montañas enormes de errores, sin embargo Dios nos sigue amando y no nos abandonará, ¿Sabes por qué?, Porque Él cree en ti y en lo que Él hará en tu vida.


Quizá tu creas que no eres merecedor de su gran amor, quizá has pensado rendirte en lugar de seguir luchando porque crees que lo único que haces es defraudar a Dios, pero la realidad es que Dios no esta defraudado de ti, Él te ve con ojos de amor, Él sabe que si no te rindes Él terminara la obra que comenzó en ti.


Reflexionemos seriamente sobre nuestra vida, ¿Cómo estamos agradeciéndole al Señor todo lo que Él ha hecho, esta haciendo y hará en nuestras vidas?


No se tú, pero yo quiero esforzarme el doble a partir de hoy, pues vale la pena sacar fuerzas donde no las hay por tal de agradar a Dios, si Él ha estado dispuesto a hacer TODO por mi, yo tengo por lo menos que intentar dar todo de mi para Él.


Hoy te motivo a hacer un nuevo esfuerzo, a luchar por amor al Señor, a tener la determinación de dejar de hacer aquello que sabes que no le agrada, a que tengas el valor de decir NO a esa tentación que constantemente te esta asechando y todo por el amor que le tienes a Dios.


Que la próxima vez que te enfrentes a algo que sabes que no le agrada al Señor, traigas a tu mente la forma con la que Él te ha amado y que eso sea la razón suficiente para sacar fuerzas y poner en practica ese dominio propio que Dios te ha dado para serle fiel y cuando lo hagas sentirás una satisfacción enorme de saber que puedes ser fiel a Él cuando de corazón te lo propones.


¡Por amor a Dios podemos esforzarnos y hacer todo lo que nos propongamos!


Autor: Enrique Monterroza


Escrito el 14 de Agosto de 2012




 
Sin deseos de seguir Imprimir Correo electrónico
Escrito por Super User   Creado en Sábado, 08 Septiembre 2012 12:53


Sin deseos de seguir


Quizá te encuentras cansado, sin fuerzas, con una fe tambaleante, ves como todo a tu alrededor se te pone en contra, quisieras hacer algo para remediarlo pero te das cuenta que todo ya esta fuera de tu alcance, fuera de tu capacidad de solución.


Quisieras estar solo, que nadie te moleste, que nadie te hable, quisieras llorar, gritar, salir corriendo hacia algún lado, desaparecer quizá, dormir y que al despertar todo fuera un mal sueño, pero lastimosamente es la realidad lo que estas viviendo y eso te pone triste.


Y es que en los momentos cuando nuestros sentimientos se alborotan, pensamos y sentimos tantas cosas que varían de un minuto a otro. Nuestra mente no puede concentrarse en algo y simplemente sentimos tristeza, soledad y decepción por todo lo que nos esta pasando.


En esos momentos en donde nuestros sentimientos se anteponen a nuestra visión espiritual, debemos parar por un momento y quitarnos las gafas de la soledad, de la tristeza o la decepción y ponernos las gafas de la fe.



Yo sé que en esos momentos en donde nuestros sentimientos y emociones están confusos, lo menos que queremos escuchar de alguien es decir que las cosas estarán bien, porque lo oímos como un simple consuelo, mas allá de una realidad.


Pero aunque a ti te parezca un simple consuelo, hay una realidad espiritual que no podemos obviar a pesar que nuestras visión pueda estar empañada, o nuestra mente saturada, aun y con todo eso hay una verdad que aunque me rehúse a creer, es una realidad.


Dios nos prometió lo siguiente:


“Aunque tengas graves problemas, yo siempre estaré contigo; cruzarás ríos y no te ahogarás, caminarás en el fuego y no te quemarás.”


Isaías 43:2 (Traducción en lenguaje actual)


A pesar de cualquier confusión momentánea producida por tus actuales problemas, tiene que comprender que Dios ha prometido ESTAR SIEMPRE CONTIGO, reflexiona muy bien en lo que este pasaje dice, pues Dios promete estar contigo en los momentos mas difíciles de tu vida, Él no dice que no pasaras por los ríos, ni que no caminaras por el fuego, pues seguramente tendrás que pasar por eso, pero hay una promesa nada despreciable y es el hecho de que aunque pases por ríos peligrosos y fuego que quema, tú estarás bien, pues no te ahogaras, ni te quemarás, porque ÉL ESTARÁ CONTIGO.


Hoy quiero motivarte a desviar tu mirada un momento, quita tus ojos de tus problemas y vuelve tu mirada al Dios que es capaz de solucionarlos.


Y entonces di y cree lo que el salmista dijo en un momento como el tuyo:


“Dirijo la mirada a las montañas; ¿de dónde vendrá mi ayuda? Mi ayuda viene de Dios, creador del cielo y de la tierra. Dios jamás permitirá que sufras daño alguno. Dios te cuida y nunca duerme.”


Salmos 121:1-3 (Traducción en lenguaje actual)


¡Vamos! Es hora de levantarse, ya no es tiempo de estar triste, es hora de glorificar a Dios en medio de cualquier circunstancia porque hay promesas para tu vida de que ÉL TE CUIDARÁ y seguramente estarás bien.


¡Sonríe!, no por los problemas, sino por la solución que viene de lo alto, porque Dios mismo se encargara de tu problema y pondrá todo en su lugar, ¡Simplemente confía!


Y es que aun cuando no tengas deseos de seguir por todo lo que te ha acontecido, tienes que saber que DIOS NO TE DEJARA, que Él insistirá en tu vida y te hablara de cualquier forma o por cualquier medio para hacerte saber que Él esta contigo y por lo tanto no puedes darte por vencido.


¡Si Dios esta contigo, tienes que estar seguro que TODO saldrá bien!


“En medio de todos nuestros problemas, estamos seguros de que Jesucristo, quien nos amó, nos dará la victoria total”.


Romanos 8:37 (Traducción en lenguaje actual)


Autor: Enrique Monterroza


Escrito el 15 de Agosto de 2012



 
Tener dinero no necesariamente es ser bendecido Imprimir Correo electrónico
Escrito por Super User   Creado en Sábado, 08 Septiembre 2012 12:53


Tener dinero no necesariamente es ser bendecido


Hoy quiero atreverme a escribir sobre un tema que en los últimos años ha tomado mas importancia, y es que hay mucha gente que relaciona el tener dinero con ser bendecido, pero yo me pregunto ¿Tener dinero será realmente ser bendecido?, con toda humildad quiero escribir mi punto de vista respecto al tema.


¿Dios quiere que deje de ser pobre para que sea rico?

A través de los años he leído cartas de personas que me describen su actual estado económico, en donde quizá no les va nada bien, en donde tienen muchas deudas y en donde su suelto apenas alcanza para pagar los recibos pendientes.


La mayoría de personas que pasa por meses o años en ese estado catastrófico hablándolo en sentido económico, tienden a frustrarse, a entristecer, a amargarse, a comenzar a ver todo desde un punto de vista equivocado.


Hay personas que me dicen: “¿Por qué Dios no me prospera?, ¿Quiere Dios que toda la vida sea pobre?, ¿Dios quiere que sus hijos pasemos por estos problemas económicos?”. Y es que el no tener una respuesta nos lleva a pensar tantas cosas, creemos que por ser hijos de Dios nuestro estado económico tiene que ser el mejor.



Hemos escuchado de un sinfín de predicadores que Dios te quiere prosperar, que Dios no quiere que seas pobre, que Dios te va a multiplicar si haces esto u esto otro y todo ello nos ha llevado creer que es cierto, que si somos hijos de Dios no tenemos que ser pobres, que si somos hijos de Dios Él tiene, porque tiene que bendecirnos.


Pero yo me pregunto, ¿Quién se invento eso?, tu puedes ser pobre, de clase media, rico o millonario y eso no tiene nada que ver en ser o no bendecido o en ser o no hijo de Dios. La plata no tiene influencia en tu identidad delante de Dios.


Cuando un maestro de la ley le dijo a Jesús que lo seguiría hacia donde fuera, el Señor le contesto: “Jesús le respondió: —Los zorros tienen cuevas donde vivir y los pájaros tienen nidos, pero el Hijo del Hombre no tiene ni siquiera un lugar donde recostar la cabeza.” Mateo 8:20 (Nueva Traducción Viviente).


Si examinamos la vida de Jesús detenidamente nos daremos cuenta que Él no vino a implantarnos un modelo de vida basado en lujos o en dinero. Él no vino a enseñarnos que de la manera que seamos prosperados económicamente, de esa forma estaremos más cerca de Dios o seremos mas bendecidos. La bendición de Dios no se mide en dinero ni bienes, sino basado en todo lo contrario.


Cuando Jesús vino a esta tierra su mensaje era directo y basado en términos espirituales y no terrenales, Él dijo: “»No vivan pensando en qué van a comer, qué van a beber o qué ropa se van a poner. La vida no consiste solamente en comer, ni Dios creó el cuerpo sólo para que lo vistan. »Miren los pajaritos que vuelan por el aire. Ellos no siembran ni cosechan, ni guardan semillas en graneros. Sin embargo, Dios, el Padre que está en el cielo, les da todo lo que necesitan. ¡Y ustedes son más importantes que ellos! »¿Creen ustedes que por preocuparse vivirán un día más? Aprendan de las flores que están en el campo. Ellas no trabajan para hacerse sus vestidos. Sin embargo, les aseguro que ni el rey Salomón se vistió tan bien como ellas, aunque tuvo muchas riquezas. »Si Dios hace tan hermosas a las flores, que viven tan poco tiempo, ¿acaso no hará más por ustedes? ¡Veo que todavía no han aprendido a confiar en Dios! »Ya no se preocupen por lo que van a comer, o lo que van a beber, o por la ropa que se van a poner. Sólo los que no conocen a Dios se preocupan por eso. Ustedes tienen como padre a Dios que está en el cielo, y él sabe lo que ustedes necesitan. »Lo más importante es que reconozcan a Dios como único rey, y que hagan lo que él les pide. Dios les dará a su tiempo todo lo que necesiten. Así que no se preocupen por lo que pasará mañana. Ya tendrán tiempo para eso. Recuerden que ya tenemos bastante con los problemas de cada día.” Mateo 6:25-34 (Traducción en lenguaje actual).


Una de las razones por las que algunos de sus discípulos se desanimaron es porque Él no venia a fundar un reino terrenal ni material, Él venia a implantar un reino espiritual basado no en los bienes o cosas materiales que de por si son vanas, sino en lo espiritual, en lo que perdura por toda una eternidad.


Jesús vino a este mundo siendo pobre, naciendo en un establo, sus padres no eran ricos, creció siendo pobre, vivió siendo pobre y murió siendo pobre. Entonces si el Hijo de Dios, no tuvo “grandes privilegios” hablando en sentido material y económico, ¿Por qué nos afanamos en creer que si no tengo dinero entonces no estoy bendecido?


Conozco gente muy pero muy pobre, que es mas feliz que la gente rica que conozco.


¡Ojo! No estoy diciendo que tener dinero no es ser bendecido tampoco, hablo sobre el afán que nos da por tener más de lo que tenemos, hablo de la inconformidad que existe en muchos corazones por su estado económico, hablo de esa infelicidad que existe por no ver lo material y económico crecer en nuestra vida.


La Biblia habla sobre los ricos y los pobres y dice: “El rico y el pobre se encuentran; A ambos los hizo Jehová.” Proverbios 22:2 (Reina-Valera 1960). Esto es lo bello del Señor, que delante de Él no hay distinción alguna, que somos iguales delante de Él a pesar de nuestras diferencias económicas o materiales.


Yo me considero pobre, y no busco ser “prospero” con el objetivo de ser bendecido, si el Señor quiere prosperarme en cualquier área de mi vida Él lo hará, mi trabajo no es estar afanado esperando ese momento, mi trabajo es vivir una vida que a Él le agrade, servirle, usar los talentos que Él deposito en mi vida y si como consecuencia de todo eso Él decide prosperarme en algún sentido, pues ¡Gloria a Él! Y si no pasa, pues aun más ¡Gloria a Él!


Para poder comprender lo que en esta hora estoy escribiendo, necesitamos cambiar nuestra mentalidad referente a esto. Es decir debemos quitarnos de la cabeza que para ser bendecidos tenemos que tener mucho, solo tomemos como ejemplo lo que dice el siguiente proverbio: “Hay quienes pretenden ser ricos, y no tienen nada; Y hay quienes pretenden ser pobres, y tienen muchas riquezas.” Proverbios 13:7 (Reina-Valera 1960). Lo que describe este proverbios es lo que quiero dar a entender, pues ¿De que sirve ser rico y no tener nada?, entonces prefiero ser pobre y tener mucho.


Haber, antes que me tiren piedras los defensores de la prosperidad y me digan a través de pasajes bíblicos rebuscados que “Dios quiere que seamos prosperados económicamente”, muéstrenme un pasaje en donde Jesús nos dio ejemplo de la prosperidad económica, en donde Él predico que Dios no quiere que seas pobre.


Mientras escribo esto, recuerdo también el pasaje en donde a Jesús lo acusan de no pagar impuestos que eran equivalentes a dos dracmas (Mateo 17:24-27), entonces el Maestro le da instrucciones a Pedro de ir al mar, echar el anzuelo y que al sacar el primer pez le abra la boca y que al encontrar un estatero (Moneda equivalente a cuatro dracmas) vaya y page los impuestos de él y los suyos. ¿Qué hizo Jesús allí?, le dio a Pedro LO NECESARIO, ¿Dejo de ser bendecido Pedro?, No, al contrario era bendecido, es bendecido y seguiría siendo bendecido.


Al leer la historia de los discípulos después de la muerte de Jesús, ellos tampoco tenían una vida económicamente “próspera” y eso no los hacia ser menos delante de Dios. Por ejemplo cuando Pedro y Juan iban entrando al templo, a las puertas del templo ponían a pedir limosnas a un cojo de nacimiento, cuando este cojo vio a Pedro y a Juan les pidió limosna, entonces Pedro le dijo: “Mas Pedro dijo: No tengo plata ni oro, pero lo que tengo te doy; en el nombre de Jesucristo de Nazaret, levántate y anda.” Hechos 3:6 (Reina Valera 1960). ¡El Apóstol no tenia dinero!, Es que debemos comprender que lo espiritual difiere en gran manera de lo material, la bendición de Dios no estará en mi vida por los bienes que tenga, sino por su presencia en mi vida.


El Apóstol Pablo fue otro hombre de Dios que no tenia grandes cantidades de dinero, ni bienes. Él dijo lo mismo que yo pienso respecto a este tema y lo que he tratado de exponer: “No lo digo porque esté necesitado, pues he aprendido a estar satisfecho con lo que tengo. Sé bien lo que es vivir en la pobreza, y también lo que es tener de todo. He aprendido a vivir en toda clase de circunstancias, ya sea que tenga mucho para comer, o que pase hambre; ya sea que tenga de todo o que no tenga nada. Cristo me da fuerzas para enfrentarme a toda clase de situaciones.” Filipenses 4:11-13 (Traducción en lenguaje actual).


Queridos hermanos y hermanas en la fe, mi intención principal es exponer que para ser bendecidos no se necesita estarlo económicamente ni materialmente. Podemos ser bendecidos espiritualmente y ser felices, cada uno de nosotros tenemos que tener contentamiento con el estado que estamos viviendo, no hablo de conformidad, sino mas bien de aceptar de buena forma la situación que estamos atravesando, sin olvidar que Dios tiene cuidado de nosotros y que pronto nos dará respuesta.


Para las personas que sufren preguntándose porque Dios no las bendice económicamente para salir de sus deudas, quiero invitarles a aprender a confiar en Dios sin reclamos, sin reproches, a que vivan cada día confiando en que pronto Dios responderá y que si por alguna razón no lo hace, entonces de igual forma ¡Glorificaran su Nombre!


Tú fe en Dios no tiene que estar basada en la cantidad de bienes o dinero que tengas, sino mas bien en tu certeza que Él tiene cuidado de ti y en la convicción de que pronto veras una respuesta.


No le des a Dios esperando que Él te devuelva mucho más, al contrario dale a Dios de lo que Él ya te dio y con un corazón agradecido por lo poco o mucho que te ha dado.


Si aprendemos a vivir con contentamiento de nuestro estado, entonces aprenderemos a disfrutar de la vida espiritual plena que Dios quiere que vivamos. La vida no solo se basa en bienes y dinero, en prosperidad económica, sino en lo felices que seamos en su presencia y viviendo cada día a su lado.


Quizá a muchos les gusta escuchar que serán prosperados, que Dios les multiplicara sus bienes o su dinero, que después de dar diez Dios les dará cien, pero yo quiero decirles que si Dios no los prospera económicamente, no les multiplica sus bienes o dinero o no les da los cien que esperan al dar los diez, aun y con todo esto, NO DEJARAN DE SER BENDECIDOS, porque su bendición no esta basada en una respuesta ni en un estado financiero, sino mas bien en la PRESENCIA DE DIOS EN SUS VIDAS.


El siguiente pasaje bíblico es lo que cada uno de nosotros deberíamos pensar y creer, pero sobre todo poner en practica:


“Aunque la higuera no florezca,

Ni en las vides haya frutos,

Aunque falte el producto del olivo,

Y los labrados no den mantenimiento,

Y las ovejas sean quitadas de la majada,

Y no haya vacas en los corrales;

Con todo, yo me alegraré en Jehová,

Y me gozaré en el Dios de mi salvación.

Jehová el Señor es mi fortaleza,

El cual hace mis pies como de ciervas,

Y en mis alturas me hace andar.”


Habacuc 3:17-19 (Reina-Valera 1960)


¿Sabes? Dios conoce tu estado financiero, Él conoce cada necesidad que hay en tu vida, a Él no se le ha escapado nada. No reniegues de tu actual estado porque algo vas a aprender en medio de toda esta crisis. No te sientas solo porque Dios no te ha dejado ni un momento, no creas que no eres importante para Él porque el tener o no tener no determina tu identidad de hijo de Dios.


Aprende a gozarte en Dios independientemente de tu estado financiero y material y entonces comenzaras a ver con los ojos de la fe y Dios comenzara a bendecirte de una forma maravillosa.


Recuerda que eres peregrino en esta tierra, que tu morada no es terrenal, que tu ciudadanía es celestial y que acá estamos de paso, que lo que tengas o no tengas acá en la tierra no influirá en nada en tu morada celestial y eterna que Dios tiene preparada para ti, por esa razón vivamos agradecidos con Dios por el regalo de cada día que nos da al prestarnos vida.


Quizá tener dinero es necesario, pero nunca determinara nuestro futuro eterno, por lo tanto confiemos en el Dios de la Plata y el Oro, porque si en Él confiamos, tenemos la seguridad de estar bien independientemente del estado material o financiero que estemos padeciendo.


¡Tu identidad es determinada por la presencia de Dios en tu vida!


Autor: Enrique Monterroza


Escrito el 20 de Agosto de 2012



 
Cansado y sin fuerzas Imprimir Correo electrónico
Escrito por Super User   Creado en Sábado, 08 Septiembre 2012 12:53


Cansado y sin fuerzas


A veces hay una incomodidad en tu vida que no te permite tener paz, esa sensación que turba tu mente y tu espíritu producida quizá por diferentes episodios que has tenido que vivir los últimos días.


Y es que pareciera que hay días que andamos en rachados, recibimos diferentes problemas, enfrentamientos, discusiones o palabras que lo único que han hecho es distraernos, ponernos de mal humor quizá o simplemente desanimarnos.


Y es que el hecho de que te desanimes por situaciones como esas no es cosa anormal, somos vulnerables todos, por muy fuerte que creas que eres, hay momento en donde todo acumulado te hace sentirte cansado, débil, sin fuerzas, con ganas de rendirte o de parar.
Son difíciles esos momentos en donde existe una incomodidad que no sabes identificar exactamente porque esta allí o que la produjo, en donde solo puedes deducir que es el resultado de tus últimos días.



Para esos momentos en donde te sientes incomodo, cansado, desgastado, sin fuerzas y con sensaciones de no querer seguir, hay una formula maravillosa que nunca falla.


En esos momentos en donde lo que quisiéramos es salir huyendo hacia algún lado para olvidarnos de todo, lo que realmente necesitamos es ir a un lugar a solas, cerrar nuestros ojos, pensar en el Señor y hablar con toda sinceridad con Él, cuéntale como te sientes, cuéntale lo que te pasa y entonces algo maravilloso pasara.


De pronto sentirás tus lagrimas correr sobre tus mejillas, como consecuencia de tu encuentro con Dios, quizá lloraras como un niño, pero que lindo es que estas en los brazos de tu Padre. Llorar no es malo, al contrario muchas veces nos ayuda a sacar aquello que hasta ese momento no podíamos sacar, es como que si Dios hubiera creado el llanto como un escape a esas emociones encontradas y a esos episodios de tristeza que sentimos.


Después de estar delante del Señor por algunos minutos estoy seguro que te sentirás mejor, pues la idea no tendría que ser rendirse, al contrario, la idea es recobrar el animo, las fuerzas y la voluntad para seguir luchando.


Hay una cosa que tienes que entender y es que a pesar de las diferentes situaciones que te toquen experimentar, Dios estará contigo, Él nunca te dejará, Él estará a tu lado aun en esos momentos de crisis, aun en esos momentos de confusión, y es que el hecho que te sientas sin fuerza y cansado, no quiere decir que Dios no este allí para abrazarte y que recobres la fuerza.


Quizá hoy te sientas cansado y sin fuerzas, pero un encuentro personal con Dios puede cambiar tu actual estado, por eso hoy quiero motivarte con todo mi corazón a que vayas y deposites delante del Señor todas esas cargas que te han estado agobiando, ¿Cómo?, pues ve a un lugar a solas, cierra tus ojos, piensa en el Señor y comienza a hablar con Él como hablaras con tu mejor amigo, entonces Dios comenzara a abrazarte y a renovar tus fuerzas, porque Él está allí mismo contigo.


¡Vamos! ¡Levántate! Ve a ese encuentro maravilloso con tu Señor y estoy seguro que saldrás renovado totalmente, porque en esos momentos en donde nos sentimos cansados y sin fuerzas, lo que realmente necesitamos es encontrarnos con nuestro Padre.


“El da esfuerzo al cansado, y multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas.”


Isaías 40:29 (Reina-Valera 1960)


¡Dios renueva tus fuerzas!


Autor: Enrique Monterroza


Escrito el 21 de Agosto de 2012



 


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