Cansado de ser el mismo
Isaac
tomo por mujer a Rebeca, pero Rebeca era estéril, no podía concebir hijos, sin
embargo Isaac oro a Dios y el Señor le concedió su petición, por lo que Rebeca
quedo embarazada y tuvieron unos gemelos llamados Esaú y Jacob, la Biblia
cuenta que desde el vientre estos dos hermanos peleaban(Génesis 25:22), sin
embargo Dios le hablo a Rebeca y le dijo:
“y le respondió Jehová: Dos
naciones hay en tu seno, Y dos pueblos serán divididos desde tus entrañas; El
un pueblo será más fuerte que el otro pueblo, Y el mayor servirá al menor.”
Génesis 25:23.
Desde
el mismo nacimiento estos dos gemelos traían consigo algunos detalles, por
ejemplo, el primero en nacer fue Esaú, sin embargo tomado del talón de Esaú
venia Jacob, quien de alguna forma se tomo del
talón de su hermano al nacer, algo fuera de lo normal.
La
mayoría de personas hemos escuchado que el nombre de Jacob significa:
“Usurpador”, pero realmente es difícil pensar que unos padres le pondrían
“Usurpador” a su hijo, el significado real del nombre Jacob es: “Sostenido por
el talón” o “El que toma del talón”, pero su vida, sus hechos, lo que hizo, lo
llevo a merecerse el sobrenombre de “Usurpador”.
Quizá
el mismo hecho de no sentirse amado por su padre, hizo que el carácter de Jacob
cambiara a tal punto de convertirlo en un usurpador, de esta forma un día que
Esaú venia de cazar literalmente muriéndose de hambre, Jacob hizo un trato con
su hermano: “dijo a Jacob: Te ruego que
me des a comer de ese guiso rojo, pues estoy muy cansado. Por tanto fue llamado
su nombre Edom. Y Jacob respondió: Véndeme en este día tu primogenitura.
Entonces dijo Esaú: He aquí yo me voy a morir; ¿para qué, pues, me servirá la
primogenitura? Y dijo Jacob: Júramelo en este día. Y él le juró, y vendió a
Jacob su primogenitura. Entonces Jacob dio a Esaú pan y del guisado de las
lentejas; y él comió y bebió, y se levantó y se fue. Así menospreció Esaú la
primogenitura.” Génesis 25:30-34.
A
pesar que Esaú menosprecio su primogenitura, no era razón para aprovecharse de
ello, sin embargo el mismo interés de Jacob de ser quizá amado por su padre lo
hizo hacer cualquier cosa por lograrlo. Inducido por su madre Rebeca, Jacob se
aprovecho de la ceguera de su padre Isaac para vestirse como Esaú e ir a
recibir la bendición que le correspondía a su hermano mayor Esaú, su padre
Isaac lo bendijo y al enterarse Esaú decidió vengarse de él después que su
padre Isaac muriera.
Fue
así como Jacob por consejo de su madre huyo del lugar, y mientras huía llego a
un lugar donde durmió y tuvo un sueño de una escalera que estaba apoyada en
tierra, y su extremo tocaba en el cielo; y he aquí ángeles de Dios que subían y
descendían por ella. Y allí Dios le dio una Promesa: “he aquí, Jehová estaba en lo alto de ella, el cual dijo: Yo soy
Jehová, el Dios de Abraham tu padre, y el Dios de Isaac; la tierra en que estás
acostado te la daré a ti y a tu descendencia. Será tu descendencia como el
polvo de la tierra, y te extenderás al occidente, al oriente, al norte y al
sur; y todas las familias de la tierra serán benditas en ti y en tu simiente.
He aquí, yo estoy contigo, y te guardaré por dondequiera que fueres, y volveré
a traerte a esta tierra; porque no te dejaré hasta que haya hecho lo que te he
dicho.” Génesis 28:13-15.
Quizá
la vida de Jacob hasta este momento no era la de un “gran siervo de Dios”, sin
embargo algo que caracteriza a Dios es que Él no nos ve como toda la gente nos
ve, Él tiene ojos de fe para con nosotros, sabe lo que seremos y no solo lo que
en este momento somos. Dios estaba dándole una promesa maravillosa a Jacob a
pesar que este no había hecho las cosas muy bien.
Jacob
llega a la tierra de Labán y se enamora de su hija Raquel, por lo cual después
de una intima charla con Jacob decide trabajar siete años a cambio de que Labán
le permitiera casarse con su hija menor Raquel. Pero tal parece que Labán era
un digno tío de Jacob y engaño a Jacob, ya que cuando se cumplieron los siete
años, en lugar de darle a su hija menor Raquel, le dio a la hija mayor Lea sin
que Jacob se diera cuenta, sino hasta después de la noche de bodas.
Jacob
enojado reclama a Labán, quien le da la excusa que no podía darla a su hija
menor antes que a la mayor, pues Lea aun no había conseguido esposo, por lo que
Labán hace un nuevo trato que de trabajar para el otros siete años le daría a
su hija menor Raquel, Jacob por amor a su amada Raquel decide aceptarlo y
trabajo todo el tiempo necesario para casarse con ella.
Cuando
Raquel y Jacob tenían once hijos, Jacob decidió regresar a su casa, sin embargo
su suegro Labán estaba tan contento de que él estuviera allí que no quería que
se fuera, pues entendía que a causa de él Dios lo había bendecido con muchas
ovejas y ganados. Hicieron otro trato con Jacob y decidieron que las ovejas
manchadas serian de Jacob y las blancas de Labán, así fue como Jacob se las
ingenio para hacer que las ovejas mas fuertes tuvieran crías manchadas y se
enriqueció en gran manera.
Hasta
este punto de la historia podemos ver que Jacob a pesar que seguía siendo el
mismo, tenia una promesa de Dios en su vida, su vida había consistido en
engaños, había logrado todo lo que tenia a base de tratos y engaños, pero a
pesar de todo, Dios había dado una promesa y Él la cumpliría, pero para eso
Jacob necesitaba tener un encuentro personal con Dios.
Jacob
decide irse de la casa de Labán con todas sus ovejas, ganado, siervos y
familia, sin embargo nuevamente Jacob trata de engañar a Labán no diciéndole
que se marchaba, después de unas discusiones y arreglos Labán los deja irse y
bendice a sus hijas.
Cuando
Jacob esta por llegar a su tierra, sabe que se encontrara con su hermano Esaú,
aquel a quien había robado su bendición y por quien huyo para no morir en sus
manos.
Una
noche antes del encuentro con su hermano, después de poner a su familia en un
lugar seguro, Jacob estaba solo y se encontró a un varón de Dios con quien
lucho hasta que rayaba el alba. (Génesis 32:22-32)
Esta
lucha era la mas importante de su vida, Jacob estaba cansado de ser el mismo,
estaba cansado de engañar, estaba cansado de usurpar lo que no era suyo, él
necesitaba un cambio, por lo tanto lucho con ese varón de Dios por mucho tiempo
a tal punto que el varón ya no podía con él:
“Y cuando el varón vio que no podía con él, tocó en el sitio del encaje de su
muslo, y se descoyuntó el muslo de Jacob mientras con él luchaba. Y dijo:
Déjame, porque raya el alba. Y Jacob le respondió: No te dejaré, si no me
bendices.” (Génesis 32:25-26).
Jacob
estaba luchando por su vida, luchando por su futuro, no quería seguir siendo el
mismo, quería cambiar, quería algo diferente, necesitaba que Dios cumpliera los
planes que le había hecho saber, por eso insistía en que no dejaría de pelear
hasta lo que bendijera.
Cuanto
necesitamos entender nosotros que debemos de luchar por ya no ser los mismos,
por ya no tener esos hábitos que lejos de fortalecernos nos desaniman, esas
características que no nos gustan de nosotros mismos, esas cosas de nuestra
vida que nos meten en problemas cada vez que cedemos a ellas.
El
varón de Dios al ver la insistencia de Jacob y su necesidad de ser bendecido,
tuvo a bien preguntarle: “Y el varón le
dijo: ¿Cuál es tu nombre? Y él respondió: Jacob. Y el varón le dijo: No se dirá
más tu nombre Jacob, sino Israel; porque has luchado con Dios y con los
hombres, y has vencido.” Génesis 32:27-28.
En
ese mismo instante Dios estaba cambiando el nombre de Jacob a Israel, estaba
quebrantando todo su pasado y estaba dándole un nuevo presente y un perfecto
futuro. Jacob estaba consiguiendo lo que tanto quería, dejar de ser el mismo, y
Dios se lo concedió al ver su insistencia.
¿Cuántos
de nosotros estamos cansado de ser los mismos?, hablo de esas cualidades que no
nos enorgullecen de nosotros, esas cualidades que nos entristecen y que ponemos
en acción aun cuando no queremos.
Quizá
los últimos días has estado a punto de rendirte al no ver cambios en tu vida,
quizá has pensado que nunca vas a cambiar, porque ya paso mucho tiempo y sigues
siendo el mismo, con la diferencia que ahora vas a una Iglesia, pero sigues
siendo el mismo.
Lo
que tu necesitas es encontrarte con Dios, es insistir en su presencia por ese
cambio, por esa transformación, no dejar de insistir hasta lograrlo. Jacob
lucho con el varón de Dios y a pesar que este le decía que lo dejara, él no lo
hacia porque no lo dejaría hasta que lo bendijera, hasta que algo ocurriera.
La
actitud de Jacob es la actitud que nosotros deberíamos tener, no rendirnos en
la presencia de Dios hasta que Él cambie nuestra vida.
No
te canses de luchar, no te canses de insistir, no te canses de buscar el
cambio, lo encontraras si no desmayas, Dios te cambiará porque solo Él es el
único capaz de hacer esas transformaciones increíbles en nuestra vida.
Estoy
seguro que Dios NO TE DEJARÁ HASTA HACER
LO QUE TE HA PROMETIDO.
Dios
te ha dado sorprendentes promesas las cuales ha de cumplir en tu vida, lo único
que Él necesita de ti es que no te rindas en el camino, lucha, no te des por
vencido, nunca pienses en renunciar, sigue insistiendo, busca su rostro, clama
a Él, porque Él cumplirá su Palabra en tu vida.
Al
igual que a Jacob Dios te quiere decir en este día:
“He aquí, yo estoy contigo, y te guardaré por dondequiera que fueres, y
volveré a traerte a esta tierra; porque no te dejaré hasta que haya hecho lo
que te he dicho.”
Génesis 28:15 (Reina-Valera 1960)
Jacob
después del ese maravilloso encuentro con Dios, regreso a su tierra, hizo las
pases con su hermano y su vida cambio radicalmente. ¡Cuánto necesitamos esos
encuentros especiales con Dios para que nuestra vida sea transformada!
Encontrémonos
con Dios diariamente a través de una vida devocional, en la cual dediquemos
siempre unos minutos para hablar con Él e insistir en los cambios que nuestra
vida necesita y en especial esas áreas de las cuales estamos cansados de ser
los mismos.
Recuerda:
¡Él no te
dejara hasta que haya hecho lo que te ha dicho!
Autor: Enrique Monterroza
Escrito el 13 de Agosto de 2012
Escrito especialmente para www.destellodesugloria.org
Autorizado para publicarse simultáneamente
en: www.devocionaldiario.com - www.enriquemonterroza.com y http://reflexionesydevocionales.blogspot.com